Pablo Gonzalez

Ecuador se alinea a la nueva estrategia geopolítica de EE.UU.


Es necesario empezar recordando los objetivos geopolíticos de los EEUU para América Latina a inicios de los años 2000.
Estos se sustentaban en dos pilares: el primero, la imposición económica a través del ALCA; y el segundo, el control político-militar de nuestros Estados y la instalación de bases militares norteamericanas en nuestros territorios, cuyo principal instrumento fue el Plan Colombia, el cual se impulsó con la justificación de luchar contra la violencia, el narcotráfico y la delincuencia transnacional.

Esa estrategia imperial fue derrotada por el triunfo de gobiernos de izquierda y progresistas, que empezaron en el año 1999 con el comandante Chávez en Venezuela, en el 2002 con Lula en Brasil, y luego en gran parte de los países latinoamericanos, incluido el Ecuador en el año 2007. 

El triunfo de las izquierdas no sólo significó echar a la basura el ALCA y el Plan Colombia, sino que permitió impulsar nuevos referentes de unidad de América Latina, autónomos del imperio del norte, como la UNASUR y CELAC.

Desconocer estos avances de las fuerzas de izquierda y progresista en la geopolítica regional y mundial, no sólo puede ser un acto de ignorancia, sino que en mucho están cargados de mala fe en función de desprestigiar a estos gobiernos y hacerle el juego a la nueva estrategia de dominación gringa.

A partir del año 2015, que coincide con la recesión económica generada por la caída de los precios internacionales de los commodities de los países latinoamericanos, se produce un cambio de la correlación de fuerzas regional mediante la presencia mayoritaria de gobiernos de la derecha, impuestos por golpes de Estado o fraudes electorales, como los casos de Honduras, Paraguay, Brasil; las derrotas electorales del progresismo en Argentina y Chile; y la traición a los postulados de izquierda, tal como sucede en Ecuador con el Presidente Lenin Moreno. Todos estos procesos, fueron impulsados y acompañados por las embajadas norteamericanas y las elites económicas en nuestros respectivos países.

Con el cambio en la correlación de fuerzas, los EEUU incrementan su iniciativa y tratan de imponer una nueva estrategia de dominación y control de América Latina, sobre la base de ejes similares a los anteriores. 

La Alianza para el Pacífico como proyecto de imposición de acuerdos de libre comercio y generalización de las políticas del consenso de Washington y otras políticas neoliberales de última generación. 

Y la agresión militar contra Venezuela, en el campo político-militar, utilizando como cabeza de playa a Colombia y la Guyana Francesa, así como la operación “Atlanta” en la zona de Tumaco, que de acuerdo al gobierno de Colombia conlleva la participación extra de 10.000 efectivos de las fuerzas militares y policiales, así como la asesoría del jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, almirante Kurt Tidd, y cuyo propósito declarado es el combate a la violencia y narcotráfico. Coincidencialmente, en esta zona se encuentra la mayor parte de las fuerzas del ELN y disidentes de las FARC. [i]

La complejidad de todo esto para nuestro país, es que el presidente Moreno y varios de sus ministros han anunciado en las últimas semanas que Ecuador “va a recuperar el tiempo perdido” y se vinculará pronto a la Alianza para el Pacífico[ii]

Para colmo, en el marco de la reunión binacional de los gobiernos de Ecuador y Colombia, los ministros de defensa anunciaron la “colaboración” de Ecuador en la lucha contra el “narcotráfico y la delincuencia transnacional” y la participación de oficiales militares de nuestro país en las operaciones militares de Colombia, entiéndase operación “Atlanta”[iii].

Hasta hoy me resistía a creer lo que se estaba configurando de forma fáctica en nuestras narices, y este último hecho, que involucra totalmente a Ecuador en la estrategia político-militar de EUA, como fuerza de tarea conjunta de militares colombianos y ecuatorianos, me impele a escribir urgente y alertar de lo complejo que puede ser el escenario inmediato y las impredecibles consecuencias para Ecuador y el conjunto de América Latina, particularmente porque nos pone en la mira de los grupos armados de Colombia, y porque se puede presentar una escalada de la intervención norteamericana que lleve a un conflicto militar de Colombia contra Venezuela o incluso a una invasión de Venezuela por parte de fuerzas internacionales conducidas por el Comando Sur[iv].

Vale decir que, en el contexto analizado, es natural, como lo he visto en criterio de varios analistas, que crezcan las dudas respecto a los responsables y las intenciones del bombazo en San Lorenzo, Esmeraldas, y la pronta intervención de efectivos de Colombia y EEUUA en las tareas de investigación. [v]

Los únicos países que han cuestionado claramente la estrategia de intervención estadounidense, son Bolivia y Uruguay, gobernados por fuerzas de izquierda. 

Para lo cual no sólo han defendido los principios internacionales de libre determinación, no intervención y paz, sino que han convocado a los países sudamericanos para defender a Venezuela, mientras los gobiernos de derecha pretenden aislar a este hermano país o guardan un silencio cómplice.
Notas








https://lalineadefuego.info/2018/02/20/gobierno-de-ecuador-se-alinea-a-la-nueva-estrategia-geopolitica-de-ee-uu-para-america-latina-por-pablo-iturralde/

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