Pablo Gonzalez

Nicaragua: Julio Buitrago Urroz: El primer Comandante del FSLN

El martes 15 de julio fue un día aciago para el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

 Carlos Fonseca lo refirió así en su “Mensaje al Pueblo de Nicaragua”, escrito después de haber sido liberado de la cárcel en Costa Rica el 21 de octubre de 1970, gracias a la acción revolucionaria de un comando encabezado por Carlos Agüero: “Es necesario recordar los más recientes casos de la bestialidad de la Guardia Nacional. 

Descubierta la casa en que se ocultaba el sandinista Julio Buitrago en la ciudad de Managua, la Guardia Nacional lanza más de 200 hombres armados apoyados con tanques y aviones, Julio Buitrago se niega a rendirse y resiste durante dos horas hasta disparar el último cartucho, hasta que es reducida a escombros la casa atacada. 

Eso sucedió el 15 de Julio de 1969. El mismo día se produce un ataque parecido contra tres compañeros que son descubiertos en una casa ubicada en el Barrio Santo Domingo de Managua”. 

Poco después, condecora post mórtem con el grado de Comandante a Julio Buitrago, la primera vez que se otorgó tal distinción en las filas del Frente.

Al momento de su caída en combate, Julio Buitrago era el Jefe de la Resistencia Urbana, y como tal, encargado de escuadras militares, redes de seguridad y apoyo para casas y vehículos, así como de las pequeñas correas de transmisión con el movimiento estudiantil universitario y obrero, en Managua, León, Chinandega y Estelí.

Julio nació el 12 de agosto de 1944 en la ciudad de Managua, hijo de doña María de los Santos Buitrago Salazar conocida cariñosamente como doña Santos Buitrago. 

Desde niño realizó diferentes trabajos como vender de gaseosas (refrescos embotellados) y conserje en limpieza en el ya desaparecido Cine Luz. Su familia lo formó en la Iglesia Católica y siempre fue un cristiano devoto.

 Realizó sus estudios en diferentes centros, se hizo Boy Scout y el 29 de noviembre de 1959, cuando solo tenía 15 años, denuncia en un acto público el elevado índice de analfabetismo que había en Nicaragua. 

El 12 de enero de 1960, con 16 años de edad, participa en la fundación de Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN), junto a José Benito Escobar, Germán Pomares, Fernando Gordillo, Manolo Morales, Jorge Navarro, Daniel Ortega, Salvador Buitrago, Róger Vásquez, Orlando Quiñónez, Joaquín Solís Piura, Ignacio Briones Torres, y German Vogl.

Participa en el primer aniversario de la Masacre Estudiantil del 23 de julio de 1959 en León y cambia el nombre de la calle, que hasta entonces se llamaba Roosevelt por el de Avenida Sandino. Aquel acto, que culmina con la feroz represión de la Guardia Nacional (GN), tuvo especial importancia en su formación.

Cuando JPN cesa su actividad, Julio Buitrago desarrolla un intenso trabajo en el movimiento estudiantil del Instituto Ramírez Goyena, al que logra imprimirle un gran dinamismo y contenido; gana los primeros lugares en concursos de oratoria y sobresale por su rendimiento académico. Por su actividad revolucionaria, un profesor de matemáticas que era informante (oreja) de la SeguridadSomocista le aplazó y le hizo perder su segundo año de secundaria.

En 1963 Julio Buitrago y otros estudiantes de secundaria como Francisco Moreno, Daniel y Humberto Ortega, Jorge Guerrero, Alejandro Gutiérrez y Adrián Roque, fundan el Frente Estudiantil de Secundaria (FES). A principios de ese año ocurren los primeros combates guerrilleros del recién fundado FSLN en Raití–Bocay, que resultan en duro revés para la lucha revolucionara.

 En la acción caen entre otros, Francisco Buitrago, Jorge Navarro, Iván Sánchez, Modesto Duarte y Faustino Ruiz. Julio Buitrago presionó para que su recinto educativo declarara paro estudiantil indefinido en solidaridad con los combatientes.

También en 1963 participa en el II Congreso del Frente Estudiantil Revolucionario (FER), en representación de los estudiantes de secundaria, en el cual aprueban los principios y estatutos de la organización.

Aquél año Doris Tijerino le lleva a su primera fiesta, cuando ya tenía casi 20 años, durante la presentación de las candidatas a reina del Ramírez Goyena, pero nunca se le conoció novia “oficial” mientras estuvo en secundaria.

En 1964 se integra al FSLN, reclutado por José Benito Escobar. El 20 de junio Carlos Fonseca cae preso y Julio organiza una marcha hacia los tribunales donde le juzgarían para acuerparlo y aclamarlo. Arengados por Julio, mientras esperaban la llegada de Carlos, coreaban: “¿Quién causa tanta alegría? ¡Carlos Fonseca y sus guerrillas?”. 

Durante varios días la Guardia no llevó a Carlos a declarar y los estudiantes regresaban al día siguiente. Cuando finalmente llevaron a Carlos, mientras descendía del vehículo militar, un grito solitario, potente, estremeció a las decenas de estudiantes, periodistas y guardias que presenciaban la escena: “¡Viva el Frente Sandinista de Liberación nacional!”. 

El alarido había partido de la garganta de Julio Buitrago.
Ese año culmina sus estudios de secundaria y organiza la recolecta de fondos para realizar la ceremonia de graduación los 170 bachilleres, pues sus madres no tenían recursos. 

En el acto, Julio recita su poema Madre: “Si mañana, madre mía, la muerte me doblara en la trinchera, no llores. 

La honra de tu vientre será mi cadáver. Mi sangre se convertirá en abono y mi vida será un grito hecho bandera. Si mañana los esbirros entregaran en tus manos mi cuerpo masacrado, no llores. Siente que te da orgullo que tú dieses a la Patria un hijo que no quiso ser esclavo, que prefirió el silencio de los siglos antes que vivir bajo el látigo de los verdugos”.

Antes de la ceremonia, los futuros bachilleres hicieron un test de inteligencia. El que resultara con el puntaje mayor, ganaría una beca en la Universidad Centroamericana y Julio ganó el primer lugar. Al año siguiente ingresó a la UCA para estudiar Derecho y semanas después el FSLN lo nombra miembro del Comité Ejecutivo del FER.

A finales de 1965 viaja a la zona minera, en coordinación con Casimiro Sotelo, donde integra un equipo de trabajo para investigar las condiciones laborales de los obreros de las minas de Bonanza y Siuna. 

De esta investigación se hizo una campaña para denunciar la sobreexplotación de los mineros por las transnacionales norteamericanas. 

Casimiro es expulsado de la UCA por sus actividades antisomocistas; a Julio le reducen su beca y luego se la quitan, mientras connotados torturadores de la Dictadura llegaban a estudiar protegidos por las autoridades académicas y sus respectivos guardaespaldas.

Ante las dificultades, Julio reflexionó: “Mi mamá tuvo un derrame y ya no puede trabajar. Mi hermana Liliam dejará de estudiar porque no hay dinero. 

Pero por la situación de los familiares no debemos preocuparnos ni hacer una tragedia. A todos los revolucionarios nos pasa así y tenemos que seguir con firmeza pues todo eso es parte de la lucha. 

Ya ves, el papá de Daniel (Ortega) se está muriendo y su familia está bien jodida, hasta su hermana Germania tuvo que dejar de estudiar”. 

En 1966, representa al Centro Estudiantil Universitario de la UCA (CEUUCA), en el congreso fundacional de la Federación Estudiantil de Centroamérica, celebrado en San Salvador. 

También ayuda a José Benito Escobar en los preparativos que realiza el FSLN, para establecer una base guerrillera en Pancasán.

A mediados del año, el FSLN lo envía a Guatemala, para entrevistarse con el jefe y fundador de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), Luis Turcios Lima, con quien Carlos Fonseca había entablado amistad en 1960.

En el campamento de las FAR ya estaba recibiendo entrenamiento Edmundo Pérez y después del viaje de Julio, llegaron Oscar Turcios Chavarría, Alejandro Mora y Jorge Guerrero.

Al regreso de Guatemala, Julio es nombrado responsable de la resistencia urbana. 

También impulsa la publicación clandestina “El Estudiante”, órgano oficial del FER y el 14 de septiembre, junto a Orlando Pineda y Humberto Ortega, redacta y distribuye un comunicado en repudio a la farsa electoral prevista para febrero de 1967, entre los estudiantes que realizaban la caminata anual a la Hacienda San Jacinto.

En 1967 es electo presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho, función que desempeña por poco tiempo. El 22 de junio fue capturado por la Guardia Nacional. A los cuatro días fue dejado en libertad. 

Meses después le contó a un amigo: “Me dieron tantos golpes que me hicieron orinar sangre, pero no me sacaron ni una palabra. Imagínate cómo sería la vergueada que cuando me vieron echando sangre seguramente les dio miedo que me les muriera y dejaron de golpearme”.

El 19 de julio de 1967 viaja a La Habana junto a Casimiro Sotelo, como delegados del FSLN al congreso de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS). Al concluir el evento, se queda en Cuba para recibir entrenamiento militar. 

Usando el seudónimo de Francisco es nombrado responsable de los nicaragüenses en aquel país.

Antes de partir a La Habana, Julio escribió una carta a su padre sustituto, don José Santos Correa, quien le había ofrecido ayuda para que se quedara en Costa Rica, fuera del peligro de la muerte. Julio le dice: “Abandoné el país no por asegurarme mi existencia, sino porque tenía que prepararme para poder combatir esta tiranía que ahoga a diario en el hambre y la miseria a las amplias masas explotadas de nuestro país.

 Mi experiencia en otras tierras, donde los hombres viven como seres humanos, donde el pueblo se gobierna, donde los niños no conocen ni el hambre ni el frio, donde las tierras cultivadas pertenecen a los brazos que las trabajan, donde no hay caseros que le den dos horas a los inquilinos para que abandonen las casas, donde los cuarteles se convirtieron en escuelas y se forjan nuevos horizontes con brazos de obreros y campesinos; es esa experiencia la que me ha dado mayor fuerza para seguir adelante”.

Cuentan sus compañeros que durante el entrenamiento en La Habana, en un día de lluvia torrencial, salvó la vida de un guerrillero peruano que fue arrastrado por el torrente de un río cuando intentó cruzarlo. 

La acción de Julio fue temeraria, porque aunque la corriente era muy fuerte, no dudó en lanzarse al rescate de su compañero a sabiendas del riesgo que ello suponía para su propia vida. 

Por sus óptimas condiciones físicas, su camaradería y su disciplina, Julio impresionó especialmente a sus instructores. Su condición atlética le ayudó a resistir los extenuantes ejercicios físicos. 

Desde su adolescencia solía decir que “todo buen guerrillero tiene que ser además un buen atleta de los músculos y de la cabeza.

Debe mantenerse en forma donde esté y como esté”.


En 1968, el FSLN reorganiza sus mandos, encabezados por Carlos Fonseca como Primer Responsable; Oscar Turcios, Segundo Responsable; Julio Buitrago, Jefe de la Resistencia Urbana; y Ricardo Morales Avilés, Humberto Ortega Saavedra, Efraín Sánchez y Francisco Rosales como miembros de la Dirección Nacional.

Cuando Julio regresaba a Nicaragua, el pasaporte salvadoreño falsificado en el que aparece con el nombre de René Martínez es detectado por la policía secreta costarricense, que lo captura, lo mantiene incomunicado y lo interroga por varios días, hasta que los diarios publican que la Dictadura Somocista estaba pidiendo su extradición y se genera un escándalo que llega hasta la Asamblea Legislativa.

Debido a la presión pública, lo pusieron en libertad el 12 de marzo de 1968 a condición de que se reportara a la Policía diariamente. 

Pero el mismo día desapareció y marchó clandestinamente a Nicaragua, adonde ingresó bajo el seudónimo de Álvaro y como Jefe de la Resistencia Urbana. 

Inmediatamente, Julio organiza la campaña por la libertad de los prisioneros políticos (entre ellos, Daniel Ortega), impulsa el trabajo clandestino en la capital, encabeza escuadras militares que realizan acciones de propaganda armada y recuperaciones económicas, y transmite sus conocimientos sobre armas y explosivos en una escuela clandestina que organiza.

A finales de ese año, producto de un intenso trabajo de análisis, estudio y reflexión, se elaboran los estatutos y el programa del FSLN. Julio Buitrago participa en esta tarea por medio de un activo intercambio de cartas con Carlos Fonseca.

 En 1969 en San José y Alajuela, Costa Rica, se desarrolla un proceso de discusión, análisis y elaboración de documentos de carácter estratégicos, políticos, programáticos y estatutarios, dirigido por Carlos Fonseca. 

Entre esos documentos se encuentran las cartas de Julio Buitrago dirigidas a Carlos el 1, 9 y 11 de julio de 1969, escritas en clave, que llegan a nombre de José Trejos al apartado postal 3979, en el Correo Central ubicado en el Centro de San José, donde Humberto Ortega era el encargado de retirarlas.

En algún momento de ese año, Gloria Campos Traña, una militante del FSLN que tenía cobertura legal, había alquilado una vivienda de dos pisos en el barrio Delicias del Volga, de la gasolinera cuadra y media al Norte y una cuadra al Este, en la cual vivían la propia Gloria y su niña Marta, producto de su unión con Enrique Lorente; Mirna Mendoza, Doris Tijerino y Julio Buitrago, y también era utilizada como casa de seguridad de otros compañeros.

La noche del 12 de julio, Álvaro había visitado la familia de un compañero guerrillero y tuvo que escuchar las recriminaciones de las señoras porque debido a que andaba metido en “eso”, la salud de su madre estaba muy deteriorada. “Sí ya lo sé. Pero el problema es que nosotros no podemos dejar de sacrificarnos para dedicarnos solo a nuestros familiares o a nosotros mismos. 

Ante el deber con el pueblo y el deber con la familia, preferimos el deber con el pueblo”, les replicó.

Doris recuerda que el 14 de julio de 1969 Julio Buitrago llegó preocupado porque Edgard “La Gata” Munguía, le dijo que había sido seguido por agentes de la Seguridad Somocista el día anterior y que tenían controlados los movimientos de una persona que llegaba a la casa. 

“Nos indicaron que algo iba a pasar. Julio siempre trató de calmarnos porque algunos teníamos la opinión de abandonar la casa”, dice Doris.

Muchos años antes, Julio había jurado que jamás caería prisionero: “¿Y vos creés que voy a caer preso? El día que me sorprendan tengo que morir peleando ahí mismo, pero nunca caeré en manos de esos hijos de puta”.

Los temores de Doris y Julio se confirman al día siguiente. 

La Guardia sospechaba que Carlos Fonseca podría estar en la vivienda y decidió atacar. Cuando los guardias llegaron a eso de las 3:30 de la tarde del martes 15 de julio de 1969, relata Doris, “un compañero se había retirado y estábamos en la planta baja. 

Sentimos un culatazo fuerte, lo que apenas le dio tiempo a Julio de subir a la planta alta, desde donde hizo la defensa de la casa.

Una vez que la guardia derriba la puerta yo corrí hacia el patio para llevarle a Gloria a su hija, ya que ella estaba en el lavandero y decirle que tratara de escaparse pero fue capturada”.

También Doris es detenida. La Guardia Nacional asalta la casa vecina y asesina a un muchacho panadero que ahí vivía. Luego obligaron a Doris Tijerino a decir que era hermano suyo.

Atrincherado en el segundo piso, Julio Buitrago solo disponía de su metralleta M-3 con una cantidad modesta de municiones para hacer frente a la Guardia, que movilizó más de 200 hombres armados hasta los dientes, apoyados por un tanque Sherman y dos avionetas artilladas.

El canal 6 de la televisión, controlado por el tirano, comenzó a transmitir el combate en vivo y directo para todo el país. La tanqueta disparaba su cañón demoledor contra la vivienda, pero inexplicablemente seguían saliendo tableteos del balcón. 

Transcurrían los minutos y las horas, y la desigual batalla continuaba. La Guardia creía que había un comando integrado por al menos diez guerrilleros. 

Hasta que finalmente, Julio Buitrago se lanzó a la calle metralleta en mano y decenas de guardias activaron sus fusiles acribillándolo. 

Al caer continuaron los disparos que levantaban literalmente en el aire el cadáver del héroe. Le desbarataron el rostro y su cuerpo tenía más de cien impactos de bala.

 Casi a las siete de la noche del 15 de julio de 1969, sus verdugos se retiraron. 

Minutos después, la Guardia atacó otra casa de seguridad del FSLN en el barrio Santo Domingo en donde encontró a tres sandinistas: Marco Antonio Rivera, Aníbal Castrillo y Alesio Blandón, que pelearon fieramente hasta que los mataron a eso de las diez de la noche.

 Para castigar a sus familias, la Dictadura ordenó que no entregaran los cuerpos a sus madres y los mandó a enterrar en una fosa común.

Poco tiempo antes de su caída, Julio Buitrago había escrito: “no sé si uno aprende a saber cuándo ronda la muerte; pero en todo caso tenemos que acostumbrarnos a escuchar sus pasos y a huir de ella no como cobardes, sino después que hayamos cumplido con nuestro deber”.

En su poema “Como los Santos”, Leonel Rugama escribió: 

«nació matando al hambre 
(aunque sea antipoético),
nació peleando solo
contra trescientos
es el único que nació en el mundo
superando a Leónidas
a Leónidas el de las Termópilas. (...) 
nació cuando trataban de matarlo
con guardias
con tanques
con aviones 
nació cuando no pudieron matarlo
y esto cuéntenselo a todo el mundo».

Tomado de la Revista Correo No. 32

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