Pablo Gonzalez

En referencia a las chorradas publicadas por Alejandro Sanz en su Twitter, un científico se dirige a él.


Carta Abierta a Alejandro Sanz..


Hola Alejandro,..

Hace muchos días que ando dándole vueltas a la ley Sinde, a los derechos de autor, y leyendo tus desafortunados tweets.

Ahora que tengo las tres cosas juntitas, déjame que te comente algunas cosas.

Soy científico, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y actualmente “Visiting Assistant in Research” en la Yale School of Medicine,en New Haven, Conneticcut. 

Trabajo en el desarrollo de  vacunas para el tercer mundo, centrando mis esfuerzos en la Leishmaniasis, una enfermedad olvidada que mata e incapacita en África, Asia y Sudamérica. 

Sí, esos  mismos sitios para los que, de vez en cuando, puedes montar una parranda  benéfica. 

Y aunque no lo sepas (y muchas personas no lo saben) es esa  enfermedad que hace que miles de pobres niños tengan el vientre hinchado y  mueran.

La misma que hace que sus padres no puedan trabajar. Entre  nosotros, ese tipo de enfermedades que hace que el tercer mundo siga siendo tercer mundo.

 Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de  laboratorio exponiéndome a múltiples riesgos para mi salud, intento  publicar mis resultados. 

¿Sabes lo que pasa cuando lo hago?

Que la revista  se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. 

Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir  permiso. 

Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y  negro.

En color no podemos pagarlas.

 ¿Sabes por qué? Porque PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos.

Mi  laboratorio tiene que pagar para poder difundir los avances científicos  que  puedan curar a esos niños o a sus padres en el futuro. PAGO POR PUBLICAR y  tengo que pedir permiso por mi figura, por mi trabajo.

 Ahora podrías meter en 140 caracteres que luchar por mis derechos no me  impide que tú lo hagas por los tuyos; yo seguiría leyendo.

 Desde que el hombre es hombre, desde que el ser humano es humano, ha  demostrado que necesita expresar sus sentimientos.

Y de ahí surgió el  arte.

También, al mismo tiempo, surgieron las preguntas de qué hacía aquí.

Los  famosos “de dónde vengo, quién soy y a dónde voy”.

 Y es que las dos cosas, ciencia y arte, son humanas, pero no por ello  profesiones.

Mira, no sé, 100 o 200 años atrás. El arte lo hacía el que podía  permitírselo. Y la ciencia también.

Hasta Darwin descubrió el origen de  las especies en un tour por el mundo, en el que vio que los pinzones de unas  islas tenían los picos más grandes que otros.

La gran revolución  científica  vino de un viaje de alguien que pudo permitírselo.

 Ahora, industria mediante, los artistas cobran por entretener y los científicos cobran por descubrir cosas. 

Una maravilla para los que no  somos de familias ricas y queremos hacer ciencia o arte.

 Yo me he quejado y mucho de mi falta de derechos. De intentar defender lo  que ahora, para mí, es más que un reconocido trabajo. Y también creo  cosas.

 La diferencia es que yo con un salario tengo bastante. 

Y lucho por un  salario digno. 

QUE ME PAGUEN POR MI TRABAJO. 

No creo que tenga sentido que  me paguen tiempo después por mis logros. 

Te recuerdo que lo que yo quiero  es una vacuna para el tercer mundo. 

Y pagar mis facturas. No quiero ningún  rendimiento extra que no me merezco.

No quiero derechos de autor, quiero  que  mis avances sigan derechos a conseguir su objetivo.

 Entiendo que quieras que te paguen por tu trabajo. 

Y deberías (que lo  haces) negociar lo que te paga una discográfica por grabar un nuevo disco.

 O que defiendas tu caché en los escenarios. 

Pero cobrar también impuestos  sobre los CD´s , discos duros, lo-que-sea que la S.G.A.E quiera inventar  para sangrar al ciudadano medio, perdóname muy mucho, pero yo, lo veo  excesivo. 

Intentar lanzar una ley que te permita cobrar más de lo que te  toca porque la industria que a ti te trata bien se está muriendo, lo  siento, pero no.

Limitar las libertades individuales para maximizar  vuestro  beneficio no es justo.

 ¿Sabes por qué tengo un blog de divulgación científica? 

Para que el mundo  vea que la ciencia es importante. 

Para que posiblemente en el futuro sea  una profesión digna. 

Yo no busco hacerme rico. 

Yo no quiero recortar  libertades. Yo lucho por cambiar la industria que hace que mi actual  profesión me obligue a tener otra con la que, juntas, poder pagar las  facturas.

 Y por favor, no vuelvas a comparar los derechos a recibir medicamentos de  los niños pobres con el derecho a declarar culpable de piratería a diestro  y siniestro. 

Que ya lleváis demasiado tiempo cobrando por ello. 

Renovaros  o  morid. 

Pero no hables de los que de verdad mueren aunque de vez en cuando  reciban tu calderilla.

 Atentamente,

 Lucas Sánchez.

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